En el momento de reproducir o bien multiplicar una planta, ahora sea herbácea o bien leñosa, hay que tener en cuenta las distintas opciones que la naturaleza nos da.
Ciertas es recomendable reproducirlas por medio de semillas, ahora sea porque no dan excelente resultados por medio de otros métodos o bien porque es la manera más simple. Otras por medio de injerto ―como la mayor parte de los árboles frutales―, ahora que empiezan a generar antes y la fruta tiene exactamente las mismas peculiaridades que la original.
En la situación que nos ocupa, la higuera, es del conjunto de plantas que preferentemente se reproducen por esqueje. O sea de esta forma principalmente porque consigue enraizar con enorme simplicidad, y en breve se va a haber creado lo bastante para empezar a ofrecer higos.
Cuándo esquejar
La época más conveniente para el esquejado de la mayor parte de las plantas que aceptan esta forma de propagación, es finales del verano y inicios del otoño, y quizás con la higuera además logre trabajar, aunque como aún va a tener hojas, va a haber que asegurar el esqueje con una bolsa de plástico ―o bien cubierta semejante― transparente para evadir su desecación.
Mis esquejes de higuera los corto y planto cuando el árbol pierde las hojas, desde finales de otoño y a lo largo de todo el invierno, y siempre han enraizado de manera correcta, emitiendo hojas en primavera y construyendo una exclusiva planta.
➽ Esqueje de higuera enraizado de manera natural en un montón de restos de poda sepultados.
La elección de esta época se sostiene en esta otra prueba: Más de una vez pude ver que los restos de poda de la higuera que sepultaba en una región del jardín que deseaba completar, arraigaban y daban sitio a novedosas plantas, que después trasplanté y aún conservo.
Aparte de los excelente resultados que da, esquejando a lo largo de la época de reposo (árbol sin hojas) se tienen la posibilidad de explotar los restos de poda para hacer esquejes de higuera, sin precisar recortar otras unas partes de la planta.
Por otro lado, al no tener hojas el esqueje prácticamente no perderá agua, y por consiguiente no será primordial cubrirlo con plástico ni regarlo tan comúnmente.
En varias situaciones particulares, se puede intentar el esqueje en algún época del año, entre otras cosas en el momento en que no se tiene otra ocasión para juntar las estacas, cosa que puede ocurrir en el momento en que hacemos una visita o bien un viaje a un espacio lejano.
Cómo hacerlo
En el momento de hacer esquejes hay distintas elecciones, unas más detallistas que otras, más allá de que a nivel aficionado no compensa complicarse, y menos con la higuera que enraíza con tanta simplicidad.
Por esto, aquí voy a describir el simple procedimiento que prosigo, y que como ahora he dicho, me otorga muy excelente resultados. No por ser simple parar de ser efectivo.
➊ Recortar numerosos extremos de las ramas de la higuera, preferentemente de aquellas que crecieron bastante en la temporada previo, aunque de todos modos sirve alguno.
Se reconocen porque la distancia entre el radical y la primera bifurcación es más extendida que en el resto de las ramas. Esa es madera robusta que enraizará bien.
No es requisito recortar toda la vara, se puede cortar a la altura deseada para vigilar de forma simultanea el desarrollo de la higuera. Con que las varetas para esquejar tengan una longitud de cuando menos 30 cm es bastante.
➋ (Opcional mas aconsejable) Lavarlas con agua limpia y jabón ―o bien un fungicida-desinfectante― para remover de su área restos orgánicos y microorganismos.
➌ Elaborar el sustrato dónde se marchan a plantar los esquejes. Puede ser el suelo (sugerido) o bien una maceta de buen tamaño (cuando menos 20 cm de prominente)
Se puede usar tierra común toda vez que no sea muy arcillosa, arena mezclada con tierra por igual o bien algún sustrato comercial como la fibra de coco; aunque en tierra franco-arenisca el resultado es bueno.
➍ Plantar los esquejes, intentando de que solo quede una tercer parte de su longitud fuera de la tierra.
No es recomendable que queden demasiadas yemas fuera de la tierra, ahora que van a dar sitio a hojas en el momento en que el esqueje brote, y como aún no va a tener un óptimo sistema radicular, el peligro de que se seque es más grande. De ahí que debe quedar cuando menos 2/3 de su longitud bajo tierra, y mejor 3/4. Con que queden fuera 3 ó 4 yemas es bastante.
➎ Aproximar la tierra hacia el esqueje y terminar el desarrollo con un primer riego abundante, que va a hacer que la tierra se asiente y se expulse el aire sobrante.
Este primer riego es primordial, ahora que facilita un óptimo contacto del esqueje con la tierra, lo que lo sostendrá hidratado y evitará que se seque.
Llevado a cabo este simple trámite, solo queda vigilar de manera regular que la tierra no se seque. Ha de estar siempre húmeda mas no mojada, ahora que esto puede beneficiar la aparición de hongos.
Llegada la primavera, si todo fué bien, empezarán a expandirse las yemas de los esquejes, señal de que están vivos. A continuación empezarán a salir unas pequeñas hojas. Desde este instante (con hojas) resulta conveniente que no les dé el sol directamente, de este modo que se tienen la posibilidad de contemplar con una lona translúcida o bien colocarlos a la sombra.
REPRODUCCIÓN POR ESQUEJES
Aquí puedes reforzar más en el saber de esta práctica modalidad de multiplicación vegetal.