Antes de seguir hay que decir que estos cuidados cambiarán en función de las condiciones agroclimáticas de cada sitio y puntos propios de la diversidad de almendro, su edad y su salud y, por consiguiente, tienen que tomarse como una pauta general y jamás literalmente.
Riego
Todo almendro ―o bien plantación de estos― debe regarse cuando menos una vez. Se habla del primer riego, el que facilita asentar la tierra cerca de la planta recién introducida en el lote, despedir las bolsas de aire y hacer mejor el contacto de las raíces con el suelo.
Tras este primer y obligación riego, el almendro puede realizarse bien en condiciones de secano, con el único aporte del agua de lluvia o bien la que esté amontonada en el suelo y subsuelo.
Mencionado lo anterior, salvo que el tiempo o bien el suelo aporten el agua precisa, el riego puede multiplicar por 10 la producción de almendras en comparación con el cultivo en secano.
En el momento de regar se debe tener muy presente la manera del lote, la composición del suelo y las reservas de agua que tenga este, ahora que al almendro le afectan bastante los encharcamientos. En depresiones del lote y pisos pesados hay que tener precaución, aguardar a que el lote se seque y ofrecer un riego abundante. Después omitir un tiempo sin regar, ahora que la humedad se preservará por varios días.
Al contrario, en zonas altas o bien en pisos areniscos o bien sueltos, los riegos han de ser más recurrentes mas de menos intensidad, ahora que el exceso de agua aportada se perderá.
De igual manera, mientras que el almendro es joven y sus raíces aún no han profundizado lo bastante, los riegos han de ser más recurrentes, en tanto que tras determinados años, y si el suelo es profundo, la necesidad de riego será menor.
Entutorado
Este precaución es considerable practicarlo en el momento en que se quiere conseguir un árbol de leño recto, mas puede omitirse si se elige una manera más natural.
Debe hacerse preferentemente antes de plantar el almendro, clavando una estaca intensamente en el suelo, a unos 10 cm de distancia de dónde se quiere poner el leño del árbol, y en el lado por el que soplan los vientos primordiales.
Una vez plantado el almendro, se fija el leño a la estaca con una atadura que no genere daños en la corteza.
Poda
De la misma manera que el entutorado, no es un precaución obligación, mas primordial si se quiere mejorar la producción de almendras y conseguir un árbol de copa abierta y balanceada.
Aunque esto lo observaremos en aspecto en otro artículo, el almendro frecuenta recibir 5 géneros de podas: la poda de plantación para forzar al joven almendro a ramificarse, la poda de capacitación, consistente en regentar el desarrollo de la copa, la poda de producción, efectuada para fomentar la calidad y proporción de los frutos, y la poda de anti-envejecimiento, que como su nombre sugiere, radica en recortar partes avejentadas a fin de que se formen en su sitio ramas novedosas.
Cuidado del suelo
Como sucede con la mayor parte de los frutales, el estado de la área del suelo es un aspecto sustancial, ahora que de es dependiente la infiltración de agua, las pérdidas por evaporación y transpiración, la erosión y la rivalidad por los nutrientes y el agua.
Hay 4 maneras de emprender este sustancial precaución: sostener el suelo desvisto, cubierto de vegetación viva, una mezcla entre las dos o bien contemplar el suelo con un acolchado.
Suelo desvisto
Se puede llevar a cabo de numerosas formas, mas como tenemos en cuenta insignificante la utilización de herbicidas, la otra alternativa es el laboreo. Radica en trabajar la tierra de manera regular para remover la vegetación, y de paso orear el suelo, hacer mejor la infiltración del agua y también integrar abonos.
En enormes plantaciones esto debe hacerse con maquinaria, en tanto que a pequeña escala puede abordarse de manera manual.
Ya que sostener el suelo desvisto es algo antinatural ―y amenazante para el suelo―, es conveniente no seleccionar esta forma de seguir y sí alguna de las próximas.
Cubierta verde
Hablamos de sostener el suelo cubierto de vegetación herbácea, protegiéndolo de la erosión y ayudando a incrementar los escenarios de materia orgánica de este.
Tienen la posibilidad de usarse especies gramíneas, leguminosas ―fijan nitrógeno en el suelo― o bien mejor las dos, y también idealmente plantas que medran de manera natural en el sitio, lo que impide tener que adquirir semillas.
Este sistema hace más dificultosa la incorporación de abonos, ahora que una gran parte de son atraídos por la yerba y jamás llegan al almendro.
Mixto
Una mezcla de los dos precedentes, dejando medrar la vegetación entre líneas y sosteniendo el suelo desvisto cerca de los almendros.
Esto facilita hacer mejor la llegada de los nutrientes aportados en el abono a las raíces del almendro.
Acolchado
Aunque esta alternativa no se considera en plantaciones expertos, a nivel familiar o bien en pequeñas plantaciones es viable y una buenísima opción a las precedentes.
Hablamos de contemplar el suelo preferentemente con materiales orgánicos y cuando menos en el área sombreada por la copa, de manera que se consiguen numerosos provecho con solo una acción: remover la rivalidad de las «malas yerbas», hacer mejor la infiltración del agua de lluvia o bien de riego, sostener la humedad del suelo más tiempo, evadir la capacitación de una costra superficial, hacer mejor la actividad biológica del suelo y incrementar los escenarios de materia orgánica y nutrientes.
Fertilización
No es muy distinta de la de otros frutales de hueso como el cerezo o bien el melocotonero.
Se puede hacer tanto de manera foliar como por medio de aplicación en el suelo, dejando la primera para la corrección de faltas o bien para instantes en los que se necesita una veloz absorción, en tanto que la segunda será la manera recurrente de abonado.
Como ahora se ha citado, para los abonos que se aplican en el suelo, es conveniente remover antes la cubierta vegetal ―si es la situacion―, a fin de que las herbáceas no los consuman, o bien esparcirlos bajo el acolchado, para lo cuál se puede sacar y regresar a ubicar.
En la situacion del nitrógeno, las leguminosas que medren cerca del árbol ―como el trébol o bien la alfalfa―, van a estar fijando este nutriente en el suelo, principalmente si se cortan y se sepultan o bien se alargan sobre la área, para a continuación cubrirlas con una aceptable cubierta material de acolchado.
En las plantaciones expertos de almendro, la fertilización va antecedida de un análisis foliar para saber que proporción de cada nutriente hay que utilizar, mas en cultivo orgánico a pequeña escala, no es requisito tanta precisión, ya que los abonos orgánicos acostumbran contener un coctel equilibrado de todos y cada uno de los nutrientes y liberarse lentamente, por lo cual las deficiencias tienden a ser menos recurrentes.
sugerimos contemplar con una cubierta de abono orgánico (entre otras cosas compost o bien estiércol maduro) el área de suelo que queda bajo la copa una vez por año al salir del invierno.
Sin embargo, si se aprecia que el vigor del almendro es muy alto, sería aconsejable dar menos abono orgánico y espolvorear el suelo con ceniza de madera, rica en fósforo, potasio, calcio y varios otros nutrientes secundarios, y que contrarresta el exceso de nitrógeno.
Control de plagas y anomalías de la salud
Son muchas las plagas y las anomalías de la salud que lamentablemente afectan al almendro, y que nos fuerzan a intervenir para prevenirlas en lo posible, y si la prevención falla, a tratarlas.
Ciertas plagas que tienen la posibilidad de perjudicar al almendro son mortales, forzando a arrancar y abrasar los árboles, como es la situacion del verme cabezudo.
Otras menos graves mas recurrentes son los pulgones y las orugas. Los primeros se tienen la posibilidad de remover a partir de agua saponácea o bien aceites y las segundas por medio de Bacillus thuringiensis, un microorganismo mortal para estas.
Un abonado rico y equilibrado, evadiendo excesos de nitrógeno, disminuye el ataque de pulgones.
En relación a las anomalías de la salud, el almendro es muy susceptible a infecciones provocadas por varios hongos y bacterias, que tienen la posibilidad de llevar a cabo genuinos estragos.
Se previenen la mayor parte de estas patologías intentando con compuestos de cobre al inicio de la floración, a la caída de los pétalos, en el cuajado del fruto y a la caída de las hojas.
El tiempo y el suelo dónde medra el almendro juegan un papel sustancial, favoreciendo o bien complicando el avance de patologías, tanto en la parte aérea como en la raíz, frecuentemente socias a un exceso de humedad.