Galicia (España), en la mayoría de su territorio, tiene un tiempo muy lluvioso. Las precipitaciones son muy recurrentes, de la misma manera que los días de niebla, por lo cual tanto la humedad ambiental como la del suelo tiende a ser elevada la mayoría del año.
Es bien conocido que el ajo no acepta nada bien los excesos de humedad en el suelo, mas tampoco le benefician las lluvias permanentes ni la niebla, que sostienen sus hojas mojadas creciendo el compromiso de desarrollar anomalías de la salud.
Gracias a estos causantes, en Galicia no acostumbran hacerse plantaciones tempranas de ajo ―en el mes de noviembre― como es recurrente en otros sitios de todo el mundo.
Lo más recurrente, en las ubicaciones tibias del hemisferio Norte, es plantarlos en noviembre, diciembre y enero, aunque las siembras a fines del invierno o bien primavera temprana además son probables, mas van a dar peores cosechas.
En la zonas ribereñas, donde son muy poco recurrentes las heladas invernales, los ajos acostumbran surgen de la tierra prontísimo tras la siembra mas quizá la calidad final sea peor que en las ubicaciones con invierno más frío o bien verano caluroso y seco.
Un refrán afirma: «Por cada día de enero, ajo que pierde el ajero», citando a que la preferible época para plantarlos es hasta finales de diciembre.
Plántalos en la última quincena de diciembre o bien primeros días de enero si no deseas poner en riesgo.
Si no llegas a tiempo da igual, puedes plantarlos en el mes de enero, febrero o bien inclusive marzo, mas ten presente que la producción no será tan buena, fundamentalmente si la primavera es cálida.
Para comprender mejor por qué ocurre esto debes leer el próximo artículo. Te agradará!
