A veces estamos con la necesidad de mudar un geranio de maceta, pasarlo de esta a la tierra o bien extraerlo del suelo para plantarlo en una maceta. Aunque tienen la posibilidad de existir otras, estas serán las tres primordiales ocasiones que requerirán de un trasplante, labor realmente simple si se tienen los entendimientos básicos, los que aquí repasaremos.
Frente todo, hay que decir que el geranio es una planta de fácil trasplante, ya que tienen buenísima inclinación a anunciar raíces, y resiste muy bien en el transcurso de un tiempo aunque no se haya manejado de manera correcta.
¿Qué hay que entender?
Antes que nada, que ➊ el trasplante acostumbra sospechar un cambio de ubicación, y que la mayoria de las veces supone una modificación en las condiciones que aguanta la planta.
El suelo, la temperatura, luminosidad y otros componentes indispensables acostumbran verse editados, por lo cual siempre va a haber que intentar que estos cambios sean a mejor, o bien si son a peor, que se hagan de manera gradual.
Un error habitual en los trasplantes se comete en el momento en que se pone a pleno sol y súbitamente una planta que se encontraba a la sombra, hecho grave si el tiempo es muy caluroso o bien si la planta no tenía todavía un óptimo sistema radicular.
Lo preciso es seguir con precaución, asegurar la planta en el momento en que el cambio en las condiciones en muy grande. Muchas veces, esto evitará que se marchite y en otras tantas facilitará la adaptación de la planta a la novedosa ubicación.
Otro aspecto sustancial es el tiempo. El trasplante del geranio ―y de algún planta― ➋ tiene que hacerse en el momento en que esta esté lista para exactamente el mismo (no antes), y de ser posible en el momento en que las condiciones del sitio que va a ocupar sean más convenientes.
En un caso así, el error más recurrente radica en trasplantar al exterior y antes de tiempo un geranio que se obtuvo por esqueje o bien que se ha arrancado del suelo, y que solamente tiene desarrolladas las raíces o bien que ha perdido gran parte de .
Por último, y más allá de que se podría exender bastante este capítulo, hay que recalcar que ➌ el agua es un factor fundamental en algún trasplante. Tanto es de esta forma que puede sospechar la distingue entre el éxito o bien el fracaso, y no es para menos, ahora que al hacer el trasplante se altera la composición de la tierra o bien sustrato, queda bastante aire juntado en enormes oquedades del suelo y parte importante de las raíces pierden por un tiempo el contacto íntimo con esa fina película de agua que debería recubrirlas.
Además, en los trasplantes que se hacen al exterior, es primordial sostener una humedad recurrente en el suelo (y en el aire si el tiempo es muy seco y caluroso) en los días y semanas siguientes, para que las raíces del geranio logren conseguir todo el agua que requiere la planta, y que se se haga más fácil la emisión de otras novedosas.
Observemos en este momento las ocasiones específicas que se tienen la posibilidad de proponer.
De maceta a maceta
Es quizá la situacion más recurrente. Acostumbra presentarse en el momento en que el geranio se ha creado bastante y la maceta se le queda pequeña. Además en el momento en que por cuestiones de cuidado, organización del espacio o bien estética se quiere actualizar el envase.
Es además el ámbito más fácil, ahora que la planta solamente nota el cambio. Es adulta, sus raíces son poderosos y sencillamente se les otorga más espacio, sacando la maceta vieja, soltando con la mano las raíces de parte externa que están muy enrolladas y plantando el cepellón en la novedosa maceta, que la mayoria de las veces será más grande, por lo cual va a haber que dar más sustrato para completar el hueco.
Ojo con las macetas novedosas! Hay que acordarse de entrenar orificios de drenaje en la base si no los traen de factoría.
Un apunte sustancial en este punto es el próximo: Es considerable que el cepellón del geranio ―el bloque que forman las raíces adjuntado con el sustrato―, quede enrasado con la área del sustrato en la novedosa maceta, de manera que no se entierre bastante ni quede más prominente. Tapar el cepellón como máximo con 1 cm de sustrato.
De tierra a maceta
Esta situación se proporciona en el momento en que se comienza un geranio del suelo y se quiere plantar en una maceta.
Aquí la clave es conseguir sacar el geranio con la más grande proporción de raíces, y podar la parte aérea para equilibrarla con la radicular. Esto garantizará que las hojas no van a perder más agua de la que tienen la capacidad de absorber las raíces.
Además tiende a ser favorable podar las raíces si estas son muchos largas, ahora que no es conveniente que queden dobladas en la maceta. Además este recorte inducirá el desarrollo de novedosas raíces.
Otro aspecto sustancial es la ubicación de la planta una vez se ha trasplantado a la maceta. Con tiempo soleado y seco, ponerla a la sombra mas en un ámbito luminoso a lo largo de varias semanas, lo que evitará que se marchite por exceso de transpiración. Si se ha equilibrado de manera correcta la raíz con la parte aérea, unos días tras el trasplante ahora se puede empezar a sacar la planta al sol.
De maceta a tierra
Este último caso es esencialmente igual al primero (maceta a maceta), más allá de que lo único diferente es que la planta se marcha a hallar con unas condiciones muy diferentes. La mayoria de las veces pasará a un suelo que retiene menos humedad que el sustrato que tenía en la maceta, que frecuenta tener menos nutrientes y dónde las propiedades del ambiente tienden a ser más duras.
Para hacer más simple la adaptación de la planta, es conveniente cuidarla en los primeros días del sol (si se encontraba en un espacio menos soleado) y sostener el suelo húmedo en todo instante. El resto puntos a tomar en cuenta ahora los hemos visto el la situacion maceta-maceta.
CUIDADOS DEL GERANIO
En este otro artículo vas a ver qué cuidados requiere el geranio. Seguramente hallarás alguno que ignorabas…