La lavanda es una planta muy atrayente para algún espacio soleado, ahora sea un jardín, huerto, patio, balcón, etc. En el momento en que brota en verano está hermosa, y su dulce fragancia se desprende siempre que se roza la planta o bien el viento la desplaza.
Mas además, es una planta muy atrayente tanto para atraer insectos polinizadores para enmascarar el fragancia de otras plantas cultivadas, de manera que pasen inadvertidas para muchas plagas de estas.
Y como si fuera poco, se puede usar la lavanda para conformar setos bajos, para realizar aceites y alcoholes aromatizados a los que se les tienen la posibilidad de ofrecer varios usos.
Todas y cada una estas, y otras causas que cada cual puede hallar, alcanzan a fin de que deseamos reproducir la lavanda y extenderla a otras unas partes de nuestro huerto o bien jardín, y lo inmejorable es que hablamos de una planta muy fácil de reproducir.
Por semillas
En el momento en que no se tiene una primera planta de lavanda, tenemos la posibilidad de decantarse por adquirir un sobre de semillas y sembrarlas, o una planta en maceta y plantarla.
En otras oportunidades, quizás se tengan ahora lavandas y se deseen explotar las semillas que están en las flores secas para conseguir novedosas plantas.
En el primer caso ―si no se tiene ninguna planta― y se adquieren sus semillas, hay que tomar en cuenta que tardan un tiempo y germinar, tiempo a lo largo del cuál va a haber que estar cuidando que la tierra se sostenga limpia y húmeda.
¿Cuándo sembrarlas?
Las semillas de lavanda maduran en verano, una vez que las flores se secan, mas no es ahora mismo en el momento en que germinan de manera natural, sino están en el suelo hasta la primavera siguiente, y entonces sí empiezan a brotar, en el momento en que les espera por enfrente una primavera y un verano de condiciones convenientes.
Por consiguiente, simulando a la naturaleza, las semillas de lavanda tienen que sembrarse en primavera, y si es viable debe simularse el paso del invierno a fin de que «crean» que ahora es instante de germinar. ¿Cómo? En este momento lo observamos.
¿Cómo sembrarlas?
Como hemos dicho, el desarrollo debe empezar con un invierno simulado. O sea más fácil de lo que se ve, ahora que todos poseemos en el hogar un frigorífico y cada año hay un invierno natural.
La forma más natural de llevarlo a cabo radica en adquirir las semillas de lavanda a fines del otoño y sembrarlas en una mezcla de tierra y arena por igual, dejando después la maceta todo el invierno en el exterior, y regando en el momento en que sea primordial para sostener siempre la tierra húmeda.
¿Mas qué sucede si adquirimos las semillas ahora en primavera? Ahora pasó el invierno, de este modo que la primera opción no será válida. Recurriremos entonces a la estratificación fría en el frigorífico. Lo enseñamos detalladamente en el próximo artículo.
Cuando las semillas de lavanda pasaron el desarrollo de estratificación, van a estar listas para germinar. Si se ha usado una maceta con tierra y arena, sencillamente va a haber que dejarla en el exterior a fin de que las temperaturas agradables de la primavera hagan el trabajo.
Si se estratificaron en un tupper con papel, va a haber que sembrarlas primero en tierra+arena, o bien aguardar a que germinen en el tupper y después trasvasarlas a la maceta una a una.
Es primordial no contemplar bastante las semillas de lavanda (no más de 5 mm), y vigilar que la tierra continúe siempre húmeda (no mojada) hasta el momento en que las plantas tengan unos 10 cm de altura.
Aún siguiendo literalmente los consejos precedentes, muchas semillas de lavanda no germinarán ―cuando menos en un tiempo razonable―, por lo cual este no es el más destacable procedimiento para reproducirla.
Por esquejes
Esta es la mejor y más veloz forma de reproducción de la lavanda, mas para eso se requiere cuando menos una planta adulta que ayuda de donante. Se puede adquirir, hallar en algún parque o bien en la casa de algún popular.
En el próximo artículo tienes toda la información, aunque de todos modos es un desarrollo sencillísimo mas efectivo.